miércoles, 29 de febrero de 2012

CREER CUANDO EL PANORAMA DICE LO CONTRARIO


Cuando vemos las obras de Dios, su smilagros, sus sanidades o la forma como Él obra en nuestra vida o en la vida de las personas, no nos queda otra que creer en su poder, creer en lo que Él es capaz de hacer.
Pero, ¿Qué pasa cuando nos encontramos en una situación en donde el panorama está totalmente en contra de nosotros?, ¿Tenemos allí la misma capacidad de creer en lo que Dios puede hacer?, ¿Somos capaces de confiar con totalidad en que Dios obrara?, ó ¿Se nos es muy difícil creer que Dios obrara o que Él nos ayudara?
Seamos honestos: nos es fácil creer cuando vemos el poder de Dios actuando, pero cuando llegan esos tiempos de silencio de Dios, en donde por más que oremos no encontramos respuesta, esos tiempos en donde pareciera que Dios además de guardar silencio también ha desaparecido, en esos momentos, seamos sinceros que nos cuesta creer que algo bueno puede pasar.
Yo sé que todos hemos pasado por momentos como esos, momentos en los cuales por alguna razón Dios calla y no responde, en donde quisiéramos que Dios obrara exactamente como lo tenemos planeado, pero Dios no lo hace.
En esos momentos en donde el panorama pinta exactamente contrario a como quisiéramos, es donde vale la pena sacar a relucir la fe que decimos tener en Él.
En lo personal me impacta un pasaje de la Biblia en donde puedo notar más allá de los errores del personaje, la fe que tiene en Jesús a pesar que Jesús en ese momento está muriendo.
Cuando estaban crucificando a Jesús dice Biblia: “Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda” Marcos 15:27 (Reina-Valera 1960).
Es obvio que estos dos ladrones no habían sido personas muy queridas y que sus vidas habían estado marcadas por el mal accionar. Ellos estaban cosechando lo que habían sembrado, su mal vivir había provocado que llegaran a ser crucificados.
Pero me llama la atención lo que cada uno de ellos piensa acerca de Jesús. Ellos siendo malos estaban compartiendo lecho de muerte con alguien que era bueno, no tenia culpa, nunca había hecho nada malo como para merecer la muerte en una cruz, sin embargo uno de los ladrones viendo su estado y el de Jesús que era exactamente el mismo, ya que los dos estaban crucificados en una cruz independientemente del porque de su juicio, se atreve a decir: “Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros” Lucas 23:39 (Reina-Valera 1960).
Su frase denotaba total incredulidad, ya que decía: “Si tú eres el Cristo”, como diciendo:“¡Demuestra si es cierto!”. A veces actuamos exactamente de la misma manera, ¿Me equivoco?, no creo, actuamos exactamente igual a ese ladrón, viendo nuestro mal estado tendemos a exigirle a Dios que demuestre que lo es.
¿Cuántas veces le hemos dicho a Dios: “Si tu eres Dios has esto o esto otro”, o cuantas veces sin decir hemos pensado de esta manera: “Dios tú tienes el poder para hacer esto, demuéstrame que eres capaz de hacerlo”.
¿Sabes?, a veces Dios no tiene porque demostrar nada, él no necesita ir por todas partes haciendo todo lo que quieras que haga para que creas que es Dios o que tiene el poder parahacerlo, a veces pienso que tratamos de chantajear a Dios, “poniendo en juicio” su poder o su capacidad para actuar, como que si el hecho que lo pongamos en juicio hará que el obre más o lo haga más rápido o de la forma que nosotros lo queremos.
Dios tiene sus tiempos, sus formas, sus objetivos y propósitos, Él no necesita demostrarte lo que ES, porque siempre FUE, siempre HA SIDO y siempre SERÁ.
Por otra parte quiero resaltar la respuesta el otro ladrón: “Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” Lucas 23:40-42 (Reina-Valera 1960).
Me llama mucho la atención la clase de FE de este otro ladrón, pudo haber sido ladrón toda su vida, pero en su lecho de muerte Dios le dio la oportunidad de conocer el perdón de Dios.
Posiblemente toda su vida la paso muy mal, porque un ladrón independientemente de lo que diga o piense, no es feliz, no puede ser feliz haciendo lo que hace, pero Dios tenía un plan, un propósito, que aun en su lecho de muerte este hombre y el otro iban a tener la oportunidadde arrepentirse de sus hechos y reconocerlo como único Salvador.
La frase que este ladrón expresa esta tan llena de FE y SEGURIDAD que nos da una cátedra completa de lo que realmente es CREER aun cuando NO VES. Este hombre le dice:“Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”. Es fácil creer cuando vemos a Dios actuar, pero este hombre estaba viendo a Dios “morir” y aun en el estado que Jesús se encontraba y en la posición que estaba CREYÓ EN ÉL.
Este ladro pudo haber sido malo toda su vida, pero en sus últimos minutos tuvo la FE que cualquiera de nosotros quizá no hubiera tenido, porque estar presenciando la muerte de alguien y a pesar de estar viendo que muere creer en Él como Salvador era algo que solo laVERDADERA FE puede hacer.
Para muchos de nosotros ver morir a Jesús hubiera sido motivo para dejar de creer en Él, porque, ¿Cómo es posible que el Hijo de Dios este muriendo?, ¿Cómo es posible que lo maten de esa forma después del poder que le vimos usar?, ¿Cómo es posible que todo se acabe de esta forma?, como muchos en ese tiempo, quizá nosotros también nos hubiéramos defraudado. Pero este hombre ladrón, a pesar de ver morir a Jesús, creyó en Él con tanta firmeza que lo considero REY, al decirle: “…cuando vengas en tu reino”, Jesús que conoce los corazones de cada uno, sabía que lo que ese hombre expresaba era real en su vida, es decir, lo estaba diciendo con sinceridad de corazón, por lo que respondió: “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” Lucas 23:43 (Reina-Valera 1960).
Eso es lo que a nosotros nos falta: CREER CUANDO TODO ESTA COMPLICADO, porque el resultado de creer con sinceridad de corazón hará que Dios tome en cuenta nuestra FE.
Querido amigo o amiga, quizá estas enfrente del peor panorama posible en tu vida, quizá te encuentre a un paso del fracaso total, quizá la duda ha querido matar la poca fe que te queda, pero aun en medio de cualquier circunstancia y frente a cualquier panorama, NO DEJES DE CREER.
Confía en lo que Dios puede hacer a pesar de no ver el resultado en este momento, deposita tu confían en Él con sinceridad de corazón, porque Dios actuara a tu favor, Dios no te dejara solo, de hecho no estás solo, Dios ha de hacer cumplir su propósito en tu vida e independientemente del resultado que obtengas de todo esto, cree firmemente que Dios tiene un plan perfecto que se ha de cumplir en tu vida.
Puedes estar crucificado por todos los problemas que tengas, pero recuerda que a tu lado esta Jesús junto contigo, ¿Qué le dirás?, ¿Trataras de chantajearlo para que obre?, ó a pesar de no ver lo que quisieras ver ¿Creerás en Él?, créeme que si a pesar de todo el panorama contrario que tienes sigues creyendo, Dios ha de premiar tu FE, porque si algo Dios premia es la FE de los que le creen.

¡Cree en Él, porque Él actuará!

“Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor”

Salmos 37: 5 (Traducción en lenguaje actual)



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martes, 21 de febrero de 2012

PRUEBA DE FE

Os recomiendo este cortometraje, solo dura 25 minutos, vale la pena verlo!!


"Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego." Romanos 1:16


martes, 14 de febrero de 2012

DECIDETE

El tomar decisiones es solo el principio de algo que puede llegar a marcar la historia y el rumbo de toda nuestra vida. El ser humano vive una vida llena de decisiones desde que se levanta hasta que se acuesta; decisiones que influyen positiva o en el peor de los casos negativamente. La vida no es el resultado de sueños soñados, sino de decisiones tomadas. Las decisiones que tomemos hoy determinaran nuestro futuro.

Al observar el Cap. 11 del libro de los Hebreos nos encontramos con una famosa lista de hombres y mujeres a los que llamamos héroes de la fe, y en verdad que lo fueron. No fueron héroes porque tuvieran un poder especial en sí mismos (ninguno llevaba la "S" de Superman ni la máscara de Mister Increíble). Fueron llamados así porque en momentos claves de su vida, usando la FE, tomaron decisiones correctas; DECISIONES enfocadas en Dios y no en ninguna otra cosa. Personas sujetas a las mismas pasiones que tu, con las mismas debilidades, las mismas tentaciones, los mismos errores, pero que, en momentos clave de su vida, tomaron la decisión correcta; una decisión acompañada de Fe. Nos sirven de ejemplo y estimulo para nuestra edificación y enseñanza. Hagamos un breve repaso a alguno de ellos.  

Noé decidió obedecer a Dios y construir un arca aun cuando todo el mundo le decía que estaba loco y se burlaban de él. Esa decisión de obediencia le salvo a Él, a su familia y a todos nosotros.

Abraham decidió obedecer a Dios y salir de su tierra sin saber a dónde iba y eso le hizo padre de multitudes; asimismo junto a Sara, siendo estéril, decidieron CREERLE a Dios en que iban a tener un hijo pues sabían que quien se lo había prometido era fiel.

Un Joven José decidió ir en contra de la tentación y mantener su vida de integridad después de que la mujer de Potifar quisiera acostarse con él y ese joven acabo siendo primer ministro de Egipto salvando así no solo a la casa de su padre y toda su familia sino a una nación entera.

Cuando nació Moisés sus padres le escondieron; fueron sus padres los que decidieron por El; pero hecho ya grande rehusó llamarse hijo de la hija de faraón; por un tiempo de nuestra vida son nuestros padres los que deciden por nosotros pero llega un momento que nuestros padres ya dejan de hacerlo y la decisión es solo nuestra; Moisés escogió antes ser maltratado con el Pueblo de Dios que gozar de los deleites del pecado porque tenía puesta la mirada en el galardón y decidió dejar a Egipto porque se sostuvo como viendo al invisible.

David decidió escuchar la voz de Dios y no la voz de Goliat. Esa decisión le dio la victoria. Había muchos motivos para escuchar la voz de Goliat; era más fuerte, mas audible, además Goliat estaba mejor equipado, mejor preparado; así son a veces los problemas que enfrentamos; parecen ser más grandes que nosotros, mas fuertes, nos gritan y a veces ensordan, pero solo en nosotros esta el poder de decidir a quién vamos a escuchar.

Quizás hoy mismo, estés enfrentando situaciones en tu vida que requieran decisiones urgentes y de vital importancia. Decisiones que te lleven a poner un punto y final y empezar de nuevo.

Hoy decide CREERLE a Dios; decide creer lo que El te ha dicho y sin mirar las circunstancias a tu alrededor. Sostente, en este día, viendo al invisible. Esto tiene una doble vertiente; por un lado nos sostiene la esperanza que tenemos en él; por otro lado nos sostiene saber que El Invisible nos está mirando a nosotros. 

Hoy decide dejar atrás Egipto; dejar atrás el pecado. Toma la decisión de levantarte y decir basta ya a seguir como siempre; basta al pecado; decide poner punto final y tomar victoria ante la tentación que enfrentas.

En este día decide plantarle cara al gigante que te está desafiando. La lucha que enfrentó David contra Goliat no era contra piedras o jabalinas; no era contra estatura; era contra palabras (“…Tu vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el Nombre de Jehová e los ejércitos…” 1 Sam 17:45.) Se trata de eso; es la palabra del enemigo contra la Palabra de Dios
¿A quién escucharas? Recuerda que mayor es el que está con nosotros que el que está en el mundo. Cuando el enemigo te dice no podrás, La Palabra te recuerda que todo lo puedes en Cristo que te fortalece; cuando las circunstancias te dicen no saldrás de ahí, es La Palabra que te declara que Dios otra vez abrirá camino en el desierto y ríos en la soledad; cuando el diablo te culpe de las cosas hechas en el pasado, La palabra te recuerda que ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús; así pues hoy levántate y decide poner fin a esto.     

Las actividades no cambian vidas, las cosas que podamos hacer, las buenas intenciones, llorar, reír, nada de eso cambia vidas. Lo que si cambia vidas de una forma completa es hacer que los principios de Dios gobiernen tus decisiones, aquellas que son de vital importancia para tu futuro y también las cotidianas y diarias.  
Decide hoy sumarte al grupo de los héroes; Levántate, CREELE a Dios y toma la decisión correcta. !!!A qué esperas!!! Hazlo ahora mismo, DECÍDETE. Quiero compartirlo en FB

jueves, 9 de febrero de 2012

YO MOVERÉ LA ROCA


Hoy empezaré con una ilustración que hace un tiempo cayó en mis manos:
“Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó su habitación y apareció Dios. El Señor le dijo que tenía un trabajo para él, y le enseño una gran roca frente a su cabaña. Le explico que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas. El hombre así lo hizo día tras día. Por muchos años desde que salía el sol hasta el ocaso el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas pero ésta no se movía. Cada noche regresaba a casa cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano. Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a la mente de ese hombre. Podía oírle decir: Has empujado esta roca por mucho tiempo y no se ha movido; esta tarea es imposible de realizar; eres un fracaso, no vales para eso. (¿Has oído alguna vez estas voces en tu mente?) Bueno, no adelantemos acontecimientos y sigamos con la anécdota: Esos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión. Satanás le dijo: Porque esforzarte en esta tarea imposible; abandona o realiza el mínimo esfuerzo. El hombre pensó en poner en práctica esto, pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: “Señor, le dijo, he trabajado duro por mucho tiempo; he empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste pero aun así no he podido empujar la roca ni un solo milímetro. ¿Porque he fracasado? El Señor le respondió con compasión: Querido hijo, cuando te pedí que me sirvieras tú aceptaste, te dije que tu tarea era empujar la roca con todas tus fuerzas y así lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar. Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado pero mira, fíjate en tus brazos que están fuertes y musculosos, tu espalda esta fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión y tus piernas se han vuelto duras y resistentes. Ahora ya estás preparado para la gran tarea que tengo reservada. La adversidad te ha hecho crecer, madurar y tus habilidades ahora son mayores. Cierto, no has movido la roca pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mi y  eso lo has  conseguido. Ahora querido hijo: YO MOVERE LA ROCA”.

Posiblemente hayas oído la voz del desaliento en más de una ocasión, quizás en estos dias más que nunca la estés oyendo. ¿Te has sentido alguna vez con tanta debilidad interior que apenas puedes dar un solo paso más?  Quiero decirte que sea cual sea tu situación nada escapa a su Soberanía; por muy grande que sea esa roca que te imposibilita una salida Dios tiene todo el control de tu vida y situación de tal manera que  “…de día mandara Jehová su misericordia y de noche su cántico estará contigo” (Salmo 42:8).

Todo nivel de fe y de servicio demanda pruebas. Las pruebas nos hacen examinarnos y en ocasiones hasta arrepentirnos; nos hacen ser mejores padres, mejores esposos, mejores hijos y también mejores siervos. La prueba produce paciencia y ésta es muy necesaria para cualquier obra que desarrollemos en esta tierra. “…tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa para que seáis perfectos y cabales sin que os falte cosa alguna” (Stgo. 1:2-4)

Tu fe en estos dias está siendo probada, probablemente el desánimo se ha levantado como una gran tempestad y las aguas de la duda, la incredulidad y el desconcierto comienzan a llenar tu barca. Has llegado incluso a preguntarte ¿Donde está Dios? y te parece como que no está haciendo nada al respecto; como si estuviera mirando  hacia otro lado y ahí estas tu a punto de perecer ante ese bravo mar. 

Quiero decirte que en el momento más crítico y difícil de la adversidad DIOS APARECERÁ.  Cuando la persona ya está a punto de darse por vencido y desfallecer el Señor hace acto de presencia. Lo hizo con Abraham; segundos antes de que Isaac iba a ser sacrificado Dios intervino; lo hizo con Moisés; poco antes de que los egipcios fueran a alcanzar al pueblo de Dios para matarlos, Dios abrió el mar rojo y todo el pueblo cruzó a salvo ese mar dividido; también lo hizo con Pedro allí en aquella cárcel; cuando ya Herodes, esa misma noche, le iba a sacar para matarlo, el ángel del Señor apareció para librarle.

¿Crees que no lo hará contigo? Por supuesto Dios APARECERÁ y te SALVARÁ.

No importa cuán grande y severa sea la tormenta, no importa tampoco lo evidente que es a tus ojos que la barca esté a punto de naufragar. En el momento quizás para ti más crítico pero para Dios más oportuno, El aparecerá. 

Entonces SOLO UNA PALABRA DE CRISTO BASTARÁ; una sola palabra de Jesús será suficiente para que ese bravo mar vuelva a sosegarse. Jesús aparecerá en el justo y preciso momento cuando la prueba haya cumplido todo, digo todo, su cometido. La prueba que atraviesas tiene su propósito y Dios está detrás de ello. Quiere pulirte, enseñarte, hacerte fuerte, hacerte mejor. Espera a oír su voz, espera pacientemente y mientras esperas CREE y CONFIA; El está allí a tu lado; No te desanimes, no permitas que el desaliento gobierne tu mente; EL MOVERA LA ROCA.
Eleva ahora mismo una oración de gratitud sabiendo que Dios tiene todo el control de tu vida y situación.

      
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lunes, 6 de febrero de 2012

EL SILBO APACIBLE

Hay dos aspectos muy significativos en este pasaje. Por un lado observamos el miedo de un profeta obrador de milagros y por otro la gracia abundante del Señor hacia su siervo. La amenaza de Jezabel, después de que Elías diera muerte a 400 profetas de Baal, llenó de miedo a Elías y acabo huyendo atravesando un largo desierto hasta acabar metido en una cueva. Probablemente atraviesas en este momento situaciones que te han llevado al desierto, quizás un problema familiar, laboral, económico, una enfermedad inesperada. Allí en el desierto Dios quiere tratar contigo, quiere hablarte. Dios es Dios de provisión aun en el desierto y El pone mesa delante de nosotros para satisfacer nuestro cuerpo, alma y espíritu. “Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez lo toco diciendo: levántate y come porque largo camino te resta” (1ª Rey, 19:7). Aun en el desierto Dios nos prepara mesa y lo hace en presencia de nuestros angustiadores los cuales a su orden son echados fuera para poder comer tranquilos y así reponer fuerzas. En esta ocasión Dios no quito a Jezabel, no hizo desaparecer el problema; simplemente renovó las fuerzas de su siervo rendido y le hizo descansar de tal forma que durante muchos días y noches no necesito mas alimento. 


En el desierto, que atraviesas en estos momentos, Dios te proveerá de gracia y poder suficiente para soportar todo, absolutamente TODO lo que te va a acontecer.

Fue el temor que llevo a Elías al desierto. El temor trata de que no disfrutemos de las bendiciones y promesas que Dios nos ha dado las cuales son nuestras. Cuando voy a un parque de atracciones compro la entrada y esa entrada me da derecho a subirme a todas las atracciones del parque pero hay muchas de ellas que no las disfruto por el pánico que tengo básicamente a las alturas. Aunque la entrada me da el derecho a subirme a ellas el miedo me lo impide. Las promesas de Dios son tuyas, debes aferrarte a ellas y disfrutarlas sin dejar que el miedo te lo impida. 

Ese mismo temor llevo también a Elías a la cueva de Horeb. Qué curioso, no había lugar en toda la tierra donde las presencia de Dios fuera más manifiesta que allí; allí es donde Dios se apareció a Moisés en una llama de fuego en medio de una zarza; allí fue donde estuvo 40 dias y noches en comunión con Dios; en ese lugar es donde Israel recibió la ley; en esa misma cueva  fue donde Moisés tuvo que ser escondido cuando Dios paso delante de él proclamando su gloria. La huida del profeta le llevo justamente a ese lugar donde la presencia de Dios era tan manifiesta. Declara el salmista “¿A dónde huiré de tu Espíritu? ¿A dónde huiré de de presencia? Si subiere a los cielos allí estas tu, y si en el Seol hiciere mi estrado he aquí allí tu estas” Sal 139:7-8. El no estar bien hace que queramos huir de su presencia; pero es la Gracia de Dios que nos hace libres para entrar a ella.

Allí en la cueva Dios le habló. Elías no necesitaba poder o provisión de Dios. Lo había visto y experimentado en varias ocasiones; lo que necesitaba era intimidad con Dios, por eso Dios no estaba ni en el viento, ni en el terremoto, ni en el fuego; Dios estaba en el silbo apacible y delicado. En ese desierto que atraviesas Dios quiere intimar contigo. “Y le dijo Jehová; Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco y llegaras y ungirás a Hazael por rey de Siria” (1ª Rey. 19:15).  Préstale atención al pronombre “tu camino”. Ese no era un camino de Dios. Ese era un camino que el profeta había escogido tomar por su propia voluntad; las decisiones precipitadas y los errores hacen que tomemos caminos equivocados, caminos que no son los que Dios ha trazado pero aun con eso Dios se valió de ello  no solo para encarrilar al profeta después de su arrepentimiento sino que además sirvió para darle un nuevo trabajo en su servicio. En este camino de vuelta Dios no le da detalles de cómo lo va a sostener, no le dice cómo le va a ayudar; simplemente le da una promesa; “Llegaras”. 


A veces Dios no nos da detalles de que o como lo va a hacer, simplemente nos da una promesa y solo espera que confiemos en El. El diablo te grita a tu oído no podrás, no eres capaz, la situación que estás viviendo parece que se pone de su parte pero Dios te dice hoy; Llegaras; escúchale al Señor, El es quien te dice: Toma mi mano, Conmigo llegarás, esta vez no te daré detalles de cómo lo haré, solamente quiero que creas y confíes; yo lo hare y mi presencia te dará descanso.